Como dicen los anglosajones, que algo saben de esto, “no digas nombres si escribes del pasado hasta que no hayan fallecido todos…” Nosotros no llegamos a tanto, ni de lejos. Solo podemos decir que hemos estado y seguimos estando en esa evolución. Por eso, nos es relativamente sencillo trazar este camino. Veamos.

Bueno, sí, un nombre hay que citar, el punto cero: Amarante Barambio. Amarante marchó desde Barcelona a Alemania para colaborar con un estudio alemán de arquitectura especializado en Passivhaus. Desde su vuelta a España, en 2004, saltó la chispa. Fue el punto cero de la eclosión. Vaya este reconocimiento y quede para otro día su aventura.

Hablemos de 3 momentos. El primero, desde que comenzó a expandirse el Estándar Passivhaus hasta que aparecieron regularmente las viviendas unifamiliares -2009 en adelante-. El segundo, cuando se llegó a las plurifamiliares y edificios terciarios -2014 en adelante-. El tercero refiere un grupo de acciones -2008 en adelante- donde estaría la proyección institucional, su implantación en todo el territorio –con sus modelos de negocio-, la formación y la comunicación y difusión. Una figura como esta ayuda a entenderlo.

Valga ahora decir que nosotros participamos en todos estos pasos. Diseñando y certificando los edificios. Dirigiendo y fundando las instituciones representativas de la edificación pasiva en España. Fomentando su implantación en todas partes, creando comunicación en multitud de formatos. Y, naturalmente, investigando y formando a miles de profesionales de la edificación, desde el más pequeño hasta los más grandes.

Nosotros participamos en todos los pasos. Desde el diseño, la formación y la certificación  hasta la dirección institucional y la comunicación.

A su vez, esa figura, la podemos transformar en virtud del volumen de negocio. De cómo se han ido implantado las edificaciones pasivas en el mercado y qué representan hoy:

Esta es una evolución típica que le sucede no solo a edificios de este tipo, sino a toda edificación innovadora. Tiene que ir ganando mercado y, para eso, se tienen que producir varias circunstancias favorables. En el caso de la edificación pasiva estas circunstancias se producen desde hace años. ¿La más importante? La confluencia mundial, especialmente en la Unión Europea, de las políticas de clima y energía en una sola. Y que uno de sus núcleos fundamentales sea la edificación. El hecho de que el Estándar Passivhaus fuera una respuesta dada “anticipadamente” a lo que tenía que llegar ha sido determinante. No olvidemos que la  primera Conferencia sobre Clima data de 1972

Fueron llegando las primeras unifamiliares en madera, construcción tradicional y experimentos varios. Eran todas probaturas reales y operativas, por supuesto. En su mayoría venían fomentadas por los propios profesionales de que se estaban introduciendo en el Estándar Passivhaus y por algunos auto-promotores particulares que confiaban en este modo. Aparecieron las primeras plurifamiliares donde ya entraban en juego constructoras y promotoras –públicas y privadas- de tipo medio. Y, hoy, se puede tranquilamente hablar de un segmento de mercado Passivhaus. Sí, es un porcentaje pequeño en relación a la edificación en total no pasiva, que conviven con naturalidad y tienen su espacio propio.

• Oferta y demanda.

Pues este es otro aspecto a destacar de esta evolución. El raro acompañamiento que ha sucedido en el crecimiento de la oferta y la demanda. Acompañamiento, decimos, equilibrio razonable. Según aumentaba la demanda aumentaba la oferta, sin que se haya producido un desajuste significativo por alguna de las partes. Si algo expresa esto es que la evolución de Passivhaus en España tiene los pies en el suelo.

Según aumentaba la demanda aumentaba la oferta, sin que se haya producido un desajuste significativo por alguna de las partes.

• Fabricantes

También se ha observado esto en los fabricantes de componentes del edificio. Donde más, en los fabricantes de ventanas.  Cuando decimos “fabricantes de ventanas”, decimos fabricantes del perfil –extrusores-, fábricas y talleres, distribuidores, puntos de venta, vidrio, herrajes, intercalario e instalación. También, claro, no solo ventanas sino todo el mundo de los cerramientos y sus infinitas variedades. Hace apenas 5 o 6 años no había una sola ventana certificada Passivhaus en España. Ahora, la cifra está cercana a 30. La mayoría en PVC. Este ejemplo lo contaremos en otra entrada porque es digno de destacarse. Sí, es para contar como todo un sector advierte lo que tiene delante y se lanza a la puesta al día competitiva del producto para estar a la altura –y hacer negocio, claro-. ¡Y no solo del producto!, también formando a sus profesionales y clientes, comunicándolo y desplegando la dimensión institucional que hace que el impulso perdure.

Y así estamos hoy. Hay un “sistema Passivhaus” estable en España. En relativamente muy poco tiempo -¡pero el tiempo apremia!-.

Hay un segmento de mercado que podemos denominar de edificios pasivos de muy alta eficiencia. Tiene profesionales capacitados, fabricantes con producto, un sistema de certificación que avala su funcionamiento, una estructura formativa e investigadora y perfiles específicos de clientes que lo demandan.

¿O es que creen que lo que pasa ahora con los coches -la prohibición de diésel y gasolina- no se aplicará también a los edificios?

Y no, no es para los que tienen mucho dinero. No es ya para los más innovadores. No es ya para los más reivindicativos o verdes o cosas por el estilo. Porque este sería el próximo paso en esta década, llegar al “gran mercado”. Comenzar a ganar cuota de mercado exponencial. En todo caso, hoy por hoy, estos edificios los viven ya personas “normales y corrientes” que están concernidas por lo que sucede en el mundo y deciden que es la hora.

¿O es que creen que lo que la Comisión de Medio Ambiente de la Unión Europea acaba de proponer para 2035 -la prohibición de coches diésel y gasolina-, no se aplicará también a los edificios?

Luis.

¡¿QUIERES SABER MÁS?!