La eficiencia energética en casas pasivas o Passivhaus ya la tratamos parcialmente en esta otra entrada del Blog acerca de eficiencia en los edificios en general.  Ahora vamos a profundizar en la eficiencia pero esta vez referida solo a la casa pasiva bajo estándar Passivhaus.

Vale, pongámonos en situación. Acaban de entregarte tu vivienda Passivhaus. Da igual que sea unifamiliar, un piso, un adosado o que sea nueva o rehabilitada. Lo conseguiste, qué bien. ¡Ah! también da igual que sea Classic, Plus o Premium o Low Energy. Incluso no importa si no está certificada.

Los primeros pasos

Ya, de entrada, tienes que saber que la eficiencia energética en tu casa pasiva ha sido calculada previamente. Lo que tiene que consumir de energía al año. No, no es broma. Sí, ya tenemos presente que esto se calcula en todo tipo de edificación, pero la diferencia aquí es que la eficiencia energética de tu casa pasiva tiene que cumplirse y no puede desviarse de lo calculado. Por la sencilla razón de que el Estándar Passivhaus está totalmente orientado a resultados. Su objetivo son los resultados. Las mediciones empíricas que después de tantos años se han hecho y se hacen confirman los resultados.

El PHPP es fiable (PHPP: Passive House Planning Package, el programa de cálculo de Passivhaus). Acuérdate que algo dijimos aquí acerca de lo que significa la regularidad de los fenómenos físicos. Y no, no vale decir que estas mediciones no se cumplen, porque incluso para decir que esto no se cumple, necesitamos antes tener esa regularidad para poder comparar “contra” ella. Si no, con respecto a qué diríamos que algo no cumple.

Ahora, la eficiencia energética de la casa pasiva se pone en marcha. Con respecto a los consumos de tu casa anterior tiene que disminuir drásticamente. Compara la factura de la energía –solo en el apartado del consumo, claro-. ¿Cuánto ha bajado? Un 90%, un 80%. Si no ha bajado eso, algo está pasando. Puede que tengamos un erro de diseño o construcción o que nuestros hábitos todavía no se hayan adaptado a lo que la casa pasiva nos pide.

La evaluación de la eficiencia

Si es lo primero, si la eficiencia energética de la casa pasiva no se cumple y no vemos los ahorros en el consumo, será muy fácil detectar si es por error de cálculo, diseño o construcción. Cuenta el caso al estudio de arquitectura. Por ejemplo: hace frio en una habitación, no sale aire caliente de las bocas de ventilación, al lado de la ventana me da frío, ha bajado la temperatura de 17 grados sin calefacción o ha subido a 27 grados sin aire acondicionado o detecto entrada de aire por una ventana. Bastará una nueva prueba de blower door, una termografía o una serie de mediciones –temperatura, humedad, partes por millón de CO2– en un corto periodo de tiempo para detectar el caso. Exige su reparación.

Si es por lo segundo, si la eficiencia energética de la casa pasiva no se cumple porque todavía no hemos asimilado del todo su funcionamiento, puede que todavía no hayamos comprendido que la casa pasiva no sube y baja de temperatura rápidamente, sino que va despacio, poco a poco.

Veamos…

Podemos tener hábitos de uso relacionados con el uso de la ventilación que puede llegar a estar enfriando la casa en invierno y calentándola aún más en verano. Quizás no controlemos el calor que nosotros mismos producimos dentro de la casa, y que en invierno es necesario (de la cocina, de la ducha, de nuestros propios cuerpos, de los aparatos electrónicos). Es posible los elementos de control solar no los usemos bien. Que tengamos hábitos demasiado arraigados de nuestra vivienda anterior y esto no funcione en la casa pasiva.

A lo mejor estamos produciendo lo que se conoce en economía de la eficiencia energética como “efecto rebote” y que, al consumir menos por ser la casa pasiva, ese ahorro de energía lo estemos “dedicando” a mayores actividades de consumo energético -pensando que una cosa vaya por la otra-, sobre todo en electrodomésticos que vamos metiendo en casa. O que la ventilación nocturna natural y la combinación de ventilación mecánica y natural en verano no la dominemos bien (estos son casos reales que nos hemos ido encontrado).

Todo lo anterior altera la eficiencia energética de la casa pasiva, que ha sido diseñada conociendo ya tus necesidades de uso de cocina, baño, frio o calor. Pero esto puede cambiar debido a nuestros hábitos de uso de la casa pasiva.

Otro ejemplo

Mira este otro ejemplo. En el barrio de la estación de Heidelberg, un mega barrio de cientos de viviendas y edificaciones terciarias Passivhaus, había 2 bloques de viviendas que se desviaban de los consumos esperados. ¿Qué sucedía?, que estaban habitadas por personas con, digamos, hábitos particulares -exceso de uso de agua caliente, ventanas abiertas en situaciones no deseadas y aumento de demanda de calor… etc.-. Todo esto puede pasar, es cierto -y era poco comparado con la magnitud del proyecto, estuvimos allí viéndolo en persona-. Por suerte, se puede detectar de modo relativamente fácil con el monitoreo del comportamiento energético del edificio y la propia percepción de los habitantes.

Los resultados

De modo que tu casa pasiva tiene su eficiencia energética diseñada para que no se produzca un  exceso de consumo y se mantenga la eficiencia energética y los ahorros previstos. No puede haber las típicas infiltraciones, puentes térmicos, pérdidas de energía por malas ventanas, falta de hermeticidad y estanqueidad o falta de aislamiento que es lo que normalmente produce la pérdida de la eficiencia deseada. Y, sí, también nuestros hábitos pueden causarla, qué le vamos a hacer.

En todo caso, la buena noticia es que pasado un año completo natural con sus cuatro estaciones, lo normal es que aparezca la complicidad mutua con nuestra casa pasiva y la eficiencia energética que nos tiene que ofrecer la disfrutemos al máximo –incluido nuestro bolsillo-.

Luis.

¡¿QUIERES SABER MÁS?!

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